Hace poco tuve la oportunidad de vivir en la ciudad de
Guanajuato, "lugar montuoso de ranas" en dónde el turismo
y el movimiento estudiantil ocupan siempre sus calles. Siendo una
ciudad tan colonial, habiendo la universidad en su seno y teniendo
una población tan móvil, parecería el lugar por excelencia para preguntarse
sobre el problema de la identidad. El tema sin embargo no figura en
la discusión humanística.
Yendo un poco más lejos, de pronto parece ser que mas del 80% de los negocios, cafés y restaurantes, perteneciera a extranjeros, y no es que me persigne con la idea de atracción de inversiones en esta aldea global. Pero, lo que si llega incluso a indignarme es su alto nivel de desinterés en los asuntos problemáticos propios, ya no digo de México, sino de su propia sociedad. Entonces fue cuando, llevando un proyecto de investigación sobre la ciudad, el cual su lema giraba en torno a las pregunta ¿y dónde estaban las ranas?Comencé a cuestionarme lo bueno que sería que fuese condición que cada emprendedor extranjero, llevar su propio proyecto comercial al paralelo de un seguimiento problemático referente a su función dentro de ese contexto.
De ahí mi propuesta surge como una necesidad de otorgarle un contenido verdaderamente valioso, en términos de su modo de una subsistencia solidaria en su metafísico al movimiento del capital y a su respectiva declaración patrimonial.
Sobre una política de intervenciones académicas que regulen los términos de propiedad pública y privada.
1) Que se revise cada proyecto de inversión, en términos de su propia justificación problemática racional, aunque esto implique la existencia de una academia reguladora mundial.
Es decir, que exista un mecanismo regulador que autorice o postergue la viabilidad de proyectos productivos en función de su integración metodológica; previo análisis revisión profunda , problematización e integración, etc, que ponga en evidencia las bondades de los proyectos pero sobre todo el grado de competibilidad de su representante.
2) Que en lo público o privado se replanteé la idea de propiedad como aquella interacción entre el aprehensor y los contenidos aprehendidos; fundados en el movimiento de la inteligencia en sus hábitos de ponderación recursiva; la racionalización. Que el alcance de cada proyecto este respaldado por su respectiva defensa temática social, cultural, intencional y conductual competente. Ósea, que la idea de declaración patrimonial vaya dirigida a justificar sus bienes en razón directa de su compromiso de actualidad lógica-histórica.
3) Que las "filosofías" empresariales estén clausuradas desde su inicio por normas, ya no de calidad ni de responsabilidad social, sino de "qualidad global". Es decir que mínimo puedan reparar y contribuir a problemas cómo el liberalismo económico, el capitalismo y la globalización etc..Y en mayor medida puedan en sus rubricas admitir la emergencia, movimiento y la diversidad.
4) Que se inculque fuertemente en las universidades un tratamiento problemático, incluso tesístico, a la idea de innovación (actualidad).
5) Que bajo una inteligencia pluralista e integral se trabaje el vínculo entre hecho y valor.
Yendo un poco más lejos, de pronto parece ser que mas del 80% de los negocios, cafés y restaurantes, perteneciera a extranjeros, y no es que me persigne con la idea de atracción de inversiones en esta aldea global. Pero, lo que si llega incluso a indignarme es su alto nivel de desinterés en los asuntos problemáticos propios, ya no digo de México, sino de su propia sociedad. Entonces fue cuando, llevando un proyecto de investigación sobre la ciudad, el cual su lema giraba en torno a las pregunta ¿y dónde estaban las ranas?Comencé a cuestionarme lo bueno que sería que fuese condición que cada emprendedor extranjero, llevar su propio proyecto comercial al paralelo de un seguimiento problemático referente a su función dentro de ese contexto.
De ahí mi propuesta surge como una necesidad de otorgarle un contenido verdaderamente valioso, en términos de su modo de una subsistencia solidaria en su metafísico al movimiento del capital y a su respectiva declaración patrimonial.
Sobre una política de intervenciones académicas que regulen los términos de propiedad pública y privada.
1) Que se revise cada proyecto de inversión, en términos de su propia justificación problemática racional, aunque esto implique la existencia de una academia reguladora mundial.
Es decir, que exista un mecanismo regulador que autorice o postergue la viabilidad de proyectos productivos en función de su integración metodológica; previo análisis revisión profunda , problematización e integración, etc, que ponga en evidencia las bondades de los proyectos pero sobre todo el grado de competibilidad de su representante.
2) Que en lo público o privado se replanteé la idea de propiedad como aquella interacción entre el aprehensor y los contenidos aprehendidos; fundados en el movimiento de la inteligencia en sus hábitos de ponderación recursiva; la racionalización. Que el alcance de cada proyecto este respaldado por su respectiva defensa temática social, cultural, intencional y conductual competente. Ósea, que la idea de declaración patrimonial vaya dirigida a justificar sus bienes en razón directa de su compromiso de actualidad lógica-histórica.
3) Que las "filosofías" empresariales estén clausuradas desde su inicio por normas, ya no de calidad ni de responsabilidad social, sino de "qualidad global". Es decir que mínimo puedan reparar y contribuir a problemas cómo el liberalismo económico, el capitalismo y la globalización etc..Y en mayor medida puedan en sus rubricas admitir la emergencia, movimiento y la diversidad.
4) Que se inculque fuertemente en las universidades un tratamiento problemático, incluso tesístico, a la idea de innovación (actualidad).
5) Que bajo una inteligencia pluralista e integral se trabaje el vínculo entre hecho y valor.
Y bueno pues yo esperaría que se le diera merito y alcance a quien lo merece.
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